pieles no

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Pieles NO

miércoles, 7 de enero de 2009

Misterios insondables de la sexualidad humana





¿Por qué será que yo tengo, en hombres, los mismos gustos que los gays?. En cambio, a las chicas de ahora les van los tipillos enclenques, como Bradd Pitt, porque, según leí en un artículo, se sienten protectoras, o como Beckam, que además de ser un cursi que se depila, parece de plástico. A mí nunca me han gustado los hombres que necesitan protección; para eso están las mujeres memas y maternales, las Hermanitas de los Pobres y gente rara y poco clasificable. Yo sería incapaz de meterme en harina (una forma fina de decir polvo) con un hombre que necesitara protección; preferiría un self service . A mí me agradan (y ahí quería yo llegar), que me gustan los hombres que no necesitan protección,leñe, tengan los hombros anchos, el pecho peludo y que pesen. Supongo que si me lee alguna feminista se horrorizará, sobre todo por esto último, pero tengo gustos cavernícolas, y no soy nada refinada en mis gustos sexuales. Prefiero mil veces, por ejemplo, al Che Guevara, o Massud el Afgano, considerado "feo", pero para mí ambos con un tirón sexual que no se puede aguantar, que cualquier artista de cine mono. Yo recuerdo que esto me viene de pequeña, pues yo pensaba que todos los artistas de cine eran maricas, pues una profesión así no podía ser más que de epicenos.Luego fuí dando forma a mis gustos y por eso elegí a un marido poco refinado, de hombros anchos y que, sin estar gordo, pesaba lo suyo.Y raspaba. A las que no entiendo de ninguna manera, a pesar de que tengo muy buenas amigas que lo son, es a las lesbianas, también llamadas por la gente poco fina bolleras o tortilleras, denominación ésta que siempre me ha dejado asombrada, porque ¿cómo se puede hacer una tortilla sin huevos?. La idea de meterme en cama con una fémina en plan sexy me produce un asco espantoso, me parece como si me abrazara una babosa enorme y fétida, pues el olor de las mujeres no me gusta nada, son viscosas, resbalosas y exhalan unos fluidos pestilentes. A los hombres les gusta eso, pues bueno.También los franceses se chiflan por los caracoles.Todos mis amores han sido altos, fornidos, pesados y raspaban. Eso es para mí muy importante, que raspen, afeitados o no. Pero si se ponen cremitas como Beckham me dan náuseas, y antes me lo montaría con King Kong. Ya sé que estoy pasada de moda, pero, como decía Unamuno, cada uno es cada uno con sus cadaunadas. Y por favor, que no se perfumen. No quiero decir con esto que vayan hechos unos guarros, pero el olor natural de un macho de la especie humana es el olor más erótico para una salvaje como yo.Napoleón pensaba igual, y aunque el personaje me es profundamente antipático, le comprendo muy bien que, cuando volvía de sus batallitas, mandase a Josefina un recado, tres días antes o más, pidiéndose por favor que no se lavase.Le gustaba el olor a hembra. Cosas de hombres.Hélas, hélas, hélas.

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