pieles no

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Pieles NO

sábado, 20 de febrero de 2010

CAPILLA



Año trescientos y pico. Un joven, casi adolescente, militar de profesión, cabalga con cuidado cerca de Amiens. La helada ha hecho el suelo resbaladizo y el caballo pisa con precauciones el camino. Hace mucho frío y el jinete aguanta como puede el viento helado envuelto en una capa. De una choza al borde del camino sale un mendigo envuelto en harapos que apenas cubren su cuerpo. Tiritando lo enseña al caballero. Está cubierto de llagas.
-¡Por amor de Dios, una limosna, que me estoy muriendo de frio y de hambre!.Ya veis que estoy enfermo y no puedo trabajar.
-Lo siento, pero soy pobre y no tengo dinero. El caballo que monto no es mío, tanto él como sus arreos son propiedad del ejército, y ni siquiera esta capa es del todo mia, pues solo me pertenece la mitad, pero como de esta mitad puedo hacer lo que quiera, con mucho gusto te la doy.
Y, uniendo el gesto a la palabra, desenvainó la espada y partió la capa por la mitad.
-Ten lo que es mío, te lo doy.
Y el jinete continuo su camino.
El mendigo se arrebujó en la capa y sintió un insólito calor al propio tiempo que veía qur sus llagas se curaban y su piel se volvía tersa. A sus gritos y exclamaciones acudieron otros mendigos que vieron cómo al tocar la capa entraron en calor.Sorprendidos, rogaron a su compañero que les permitiese cortar un trozo de la milagrosa capa, viendo con asombro que a pesar de que cortaban trozo a trozo la capa se rehacía y quedaba igual que antes.
La noticia del milagro se extendió por todas partes y los trozos de la capa fueron conservados como reliquias.
En latin capa se dice cappa, y el diminutivo es cappellae y a los santuarios generalmente pequeños, en los que se guardaban los trocitos de la capa, tomaron el nombre de cappellae, o en castelano, capilla.
El soldado de la capa se llamaba Martín y no era todavía cristiano, aunque se preparaba para el bautismo.Con solo 22 años abandonó la carrera militar y volvió a Hungría, donde había nacido. Allí logró la conversión de su madre y poco después viajó a Milán y a Roma. El año 360 funda un monasterio cercano a Poitiers, pero tiene que abandonarlo al ser nombrado obispo de Tours el año 372.Conocido con el nombre de Martín de Tours,con el que ha pasado al Santoral,dedicó el resto de su existencia a la predicación y a la conversión de los habitantes de Francia, Luxemburgo y Alemania. Murió en Candes el año 397 y fué sepultado en Tours, donde fué venerado no solo por los habitantes de la ciudad, , sino que su nombre se hizo célebre en toda Europa. Su apellido es el más numeroso de Francia. Basta consultar un anuario telefónico francés para comprobar que los Martin superan a los Dupont o Durand, que nos parcen tan típicamente franceses.

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