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Pieles NO

lunes, 31 de mayo de 2010

El césped




La hierba es, con mucho, la planta más importante para la humanidad. Constituye una cuarta parte de la vegetación terrestre y de ella existen más de 7.000 especies, entre ellas la caña de azúcar,el bambú, el arroz, el mijo, el sorgo, el trigo, el maíz, la cebada, la avena y el centeno.Sin embargo, en los tiempos modernos, "hierba" se ha convertido en sinónimo de "césped", y una forma de esta planta otrora silvestre ha evolucionado hasta convertirse en símbolo de prestigio y categoría, porque se asocia a las viviendas de lujo.
Solo en Norteamérica se emplea cada año un millón de toneladas de fertilizantes químicos en las zonas de césped de las propiedades particulares,para mantener verde y lozana la planta. Tambien se utilizan incontables toneladas de cal, potasa y huesos molidos para fijar el PH del suelo y conseguir arbustos, bulbos y plantas de vistosos colores. El hogar norteamericano medio consume unos 400 litros diarios de agua y gran parte sirve para regar el césped.
Sin embargo, no siempre hubo tanta afición al césped, al menos en los USA.
El césped meticulosamente cuidado, libre de malas hierbas y a prueba de parásitos es un fenómeno moderno. A mediados del s. XVIII, cuando el novelista Nathaniel Hawthorne visitó Inglaterra -donde los campos de espeso césped hacían furor-, se sintió decepcionado por la artificialidad y pretensión de éstos, y escribió a los suyos que añoraba el jardín frontal americano, rico en sus malas hierbas:Ortigas, tréboles y dientes de león. De hecho, este "aspecto natural" es la moda más antigua registrada en materia de césped.
El clásico jardín griego de 400 a.C. consistía en un pequeño terreno con mezcla de diversas hierbas. A estas se unían flores silvestres, plantadas de modo que recordaran un prado natural en miniatura. Regar manualmente requería largo tiempo, y las dimensiones de estas superficies herbosas se mantenían reducidas para facilitar la operación. Doscientos años más tarde, los persas adquirieron fama por sus pequeños e intrincados jardines florales , donde las franjas de hierba verde solo servían para destacar los colores de las flores. La hierba quedaba en segundo término, no en primer plano. Y en la Edad Media, las zonas de césped, tal como se aprecia en tapices, pinturas y manuscritos iluminados estaban festoneados con delicadas flores silvestres. La hierba solo aportaba el fondo.
Durante siglos, antes de que se inventara la segadora de césped,la hierba se dejaba crecer sin cortarla.Una masa de hierba alta y sin cuidar se consideraba algo bello, y si Hawthorne añoraba la naturalidad de las superficies herbosas americanas, el poeta Walt Whitman cantó las alabanzas de la hierba como la "hermosa cabellera sin cortar de las tumbas". No es sorprendente que se tolerasen, e incluso se cultivasen, las malas hierbas entre el césped, puesto que todavía estaba sin descubrir la semilla de césped totalmente libre de ellas. Por otra parte, el estiércol animal -la forma más común de fertilizante de jardines durante siglos, y la más eficaz- estaba repleto de semillas de malas hierbas sin digerir, y fertilizar un campo de césped implicaba sembrar malas hierbas.
A principios del s. XIX, dada la creciente polularidad del golf y los bolos en las Islas Británicas y en Holanda (al principio, los bolos se practicaban al aire libre y sobre cesped)el recortado minucioso del césped se convirtió en una necesidad , y a menudo se conseguía llevando a pastar a rebaños de ovejas. Sin embargo, éstas no tardaron en ser sustituídas por un dispositivo mecánico inventado por el hombre: La segadora de césped.

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