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Pieles NO

jueves, 27 de mayo de 2010

La tarta de cumpleaños-Historia


En la Grecia clásica ya conocían el pastel de cumpleaños. Luego se perdió la costumbre, pero la retomaron los campesinos alemanes medievales, a través de un nuevo tipo de celebración, la "Kinderfeste", o "fiesta del niño", ofrecida a un nene que cumplía años. En muchos aspectos un niño alemán de la Edad Media recibía el día de su cumple más atenciones y honores que los de ahora. Una Kinderfeste comenzaba al amanecer. El niño agasajado era despertado (qué faena, estos teutones...)por la llegada de un pastel coronado con velas encendidas. Estas velas se cambiaban y se mantenían encendidas durante todo el día hasta que, después de la comida familiar, se zampaban el pastel. El número de velas era igual al de años que cumplía el niño, más una, que representaba "La luz de la vida".
Es curioso notar que la creencia en que una vela encendida simboliza la vida se encuentra a través de toda la Historia. Macbeth habla de la vida como una "breve candela", y el proverbio advierte contra "quemar la vela por los dos cabos".
El niñ@ germánico recibía también regalos y seleccionaba el menú para el banquete familiar, pidiendo sus platos predilectos.
Nuestra costumbre de pensar en un deseo y después cerrar los ojos y soplar las velas procede también de la Kinderfeste alemana. Las velas del pastel debían apagarse con un solo soplido, y el deseo, en caso de convertirse en realidad, debía mantenerse secreto.
El folklore del cumpleaños alemán tenía otra costumbre que ya no se guarda hoy: El Hombre del Cumpleaños, un gnomo barbudo que hacía unos obsequios adicionales a los niños que se habían comportado bien. Aunque este personaje nunca alcanzó la categoría de un Santa Claus o un Papá Noel, a principios del presente siglo aún se vendían en Alemania muñecos que lo representaban.

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