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Pieles NO

jueves, 23 de septiembre de 2010

La homosexualidad en los animales



La gente no acaba de creerse que la homosexualidad exista en toda la Naturaleza, porque nuestra educación judeo-cristiana hace que en el fondo pensemos que es algo "antinatural", y es lo más natural del mundo. Yo, cuando era pequeña y en casa teníamos cría de periquitos, muchas veces veía a individuos del mismo sexo aparearse, y no pasaba nada.
El filósofo griego Aristóteles ya contempló casos de lesbianismo en un grupo de hienas. Sin embargo, la ciencia ha dedicado escasa atención al fenómeno por razones que varían desde la censura religiosa al escepticismo.
"Nos basamos en una serie de artículos científicos y observaciones que muestran que animales del mismo sexo copulan entre sí", comentó el organizador de la exposición, el biólogo noruego Geir Einar Ellefsen Soeli.
La homosexualidad en animales está más extendida de lo que se cree, aunque es distinta a la del ser humano, afirman los científicos.
"No se puede afirmar que sea igual a la del hombre, aunque se parece. En el hombre es un estado emocional", indicó Soeli, agregando que, "sostener que un individuo es homosexual requiere un seguimiento continuado. Estudiarlo desde que nace hasta que muere, lo que dificulta la tarea científica".
El museo de Oslo exhibe fotografías y modelos de 1.500 especies, que incluyen insectos, arañas, moluscos, gusanos, aves y todo tipo de mamíferos en los que se detectado un comportamiento homosexual.
Las ballenas macho son más fieles a su pareja cuando ésta es otro macho.
Muchos de los animales son bisexuales aunque algunos son exclusivamente homosexuales.
Una de cada cinco parejas de pingüinos reales en cautividad son del mismo sexo, los machos de las morsas copulan con otros machos y con las hembras durante la temporada de apareamiento, en verano, y hay orcas a las que sólo les gusta su mismo sexo.
La homosexualidad en animales domésticos como gatos, perros y loros es más sencilla de observar porque se producen erecciones, aunque no hay por qué creer que cuando un can macho se frota contra la pierna de su amo masculino, el animal o el propietario son gays, bromeó el científico.
A pesar de la aplastante cantidad de pruebas científicas, algunos estudios persisten en negar la evidencia.
Entre las jirafas africanas las prácticas homosexuales son muy comunes.
Diversos biólogos que estudiaron la sexualidad de las jirafas africanas anotaban en sus libretas "interés sexual" si un macho olisqueaba a una hembra y calificaban de "lucha ritual", cuando el macho eyaculaba sobre otro, tras una penetración anal, explicó el zoólogo noruego, Petter Boeckman.

Cópula por placer
Los animales, al contrario, que el ser humano, no pasan por una etapa vital en la que cuestionan su identidad sexual, sino que copulan porque "tienen ganas y es placentero", dijo el etólogo Soeli.
En Noruega, se han visto ballenas del mismo sexo que se lamen las unas a las otras o se frotan los orificios respiratorios y las aletas.
El índice de homosexualidad en el reino animal varía desde un 2 a un 15%, según qué especies, siendo la campeón una especie de loro: la cacatúa rosa, con un 44% de ejemplares que mantienen relaciones con su propio género, siguió Soeli.
Los animales que viven en manadas, como lobos, leones o primates, se alían entre sí en una red social compleja, para obtener protección y ayuda de manera recíproca que los une en relaciones de carácter homosexual, según indicó Boeckman.
Las causas de la homosexualidad en la fauna salvaje son un misterio. Una teoría apunta a que los animales mantienen relaciones sexuales con los que tienen más cerca. Otra hipótesis indica que contribuye a fortalecer los lazos sociales.
Los borregos cimarrones de Canadá machos que copulan entre sí son aceptados antes y tienen mayores posibilidades de escalar en la jerarquía que los que limitan sus relaciones al sexo opuesto, aseguró Soeli.

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