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Pieles NO

lunes, 18 de octubre de 2010

El telegrama




Con toda la persistencia que solo los MEJICANOS tienen, Cruz se enfrentaba aquella tarde a una entrevista más para intentar conseguir un empleo.
Llegando a la oficina que le indicaron, frente al entrevistador, esto fue lo que sucedió:

-¿Cual fue su ultimo salario?
- Salario mínimo - responde Cruz.
- Pues me alegra informarle que si usted es contratado por nosotros, su salario será de $70,000 por mes.
- ¿Neta...?
- ¡Por supuesto!. Y dígame, ¿que carro tiene usted?
- La verdad es que yo tengo un carrito para vender elotes en la calle, y una carretilla para transportar escombros...
- Entonces, sepa que si usted viene a trabajar con nosotros, inmediatamente, le daremos un BMW convertible último modelo, y un Audi A6 para uso de su esposa, ambos cero kilómetros.
- ¿Neta...?
- Sí señor!. ¿Usted viaja con frecuencia al exterior?
- Verá usted, maistro... lo más lejos que yo viaje, fue a XOCHIMILCO, avisitar unos parientes.
- Pues si usted trabaja aquí, viajara por lo menos 10 veces por año, con agendas entre Paris, Londres, Roma, Mónaco, New York, Moscú... entre otros pai­ses.
- ¿Neta...?
- Es como le digo, señor Cruz... y le digo mas: ¡el empleo es casi suyo! No puedo confirmarle 100% ahora, porque tengo que cumplir un requisito de informarle antes a mi Gerente, ¡pero está casi garantizado!. Si hasta mañana viernes, a las 12:00 de la noche, usted no ha recibido un telegrama de nuestra empresa cancelando todo el proceso, significa que puede venir a trabajar el lunes a las 8:00 de la mañana...!

Cruz salio radiante de la oficina!. Ahora era solo esperar hasta la medianoche del viernes, y rezar para que no apareciera ningún maldito telegrama. Al di­a siguiente todo era optimismo... no podía haber existido un viernes mas feliz que aquel. Cruz reunió a toda la familia y es contó las buenas nuevas. Después convoco al barrio entero, y les informó que estaba comenzando un asado gigante, con música al vivo y bebidas para todos los gustos, al cual estaban todos invitados.Cuando fueron las 5:00 de la tarde, ya se habían consumido varios barriles de cerveza y muchos kilos de carne asada al carbón. Conforme avanzaba el día, mas personas llegaban y la alegría desbordaba.

A las 9:00 de la noche el barrio estaba extasiado y la fiesta herví­a. La banda de música tocaba sin parar en tarimas improvisadas, el pueblo bailaba y comía, mientras la bebida rodaba sin cesar.

A las 10:00 de la noche la mujer de Cruz empezó a preocuparse, pues le parecía que aquello ya era demasiada exageración... pero todo continuaba. La vecina buenorra, la apetecida del barrio, ya comenzaba a bailar descarado y a apretarse contra Cruz, haciéndole descarados coqueteos. La banda seguí­a tocando, el volumen aumentaba, la cerveza corría por litros, el pueblo bailaba desaforado, la carne humeaba en las parrillas y era consumida en cantidades...

A las11:00 de la noche Cruz ya era el rey del barrio!. Las cuentas de gastos, para divertir y para llenar la barriga del pueblo, a esas alturas ya sumaban cifras gigantes... ¡pero todo sería por cuenta del primer salario!

La mujer de Cruz seguí­a medio afligida, medio preocupada, medio celosa, medio resignada, medio alegre, medio boba y medio asustada.

Once horas y cincuenta y tres minutos... y doblando la esquina, al final de la calle, aparece un motociclista vuelto loco, entrando en la calle de la fiesta a toda velocidad y tocando insistentemente el pito de la moto.

¡¡¡Era el cartero...!!!

La fiesta paro en 1 segundo... La banda se silencio al unísono... El primo de Cruz se atraganto con una papa... Un borracho eructo... un perro comenzó a aullar... ¡¡¡ Dios mío... !!!.... ¿Y ahora quien va a pagar la cuenta de esta fiesta? 'Pobrecito Cruz...!!!, era la frase que la multitud murmuraba, y se repetí­an unos a otros. Tiraron unos baldes de agua encima de las parrillas de la carne, y hasta los carbones humeantes parecí­an llorar.

Desconectaron los refrigeradores que contení­an los barriles de cerveza. Los músicos se bajaron de la tarima. La mujer de Cruz se desmayo cuando la moto del correo paro frente a su casa, y preguntó:
- ¿Señor Cruz Lopez Martinez ?
- Si, si... si se... si señor... soy... soy yo...

La multitud no resistió más. Un 'Oooohhhh' apesadumbrado se escucho en todos los alrededores. Algunos comenzaron a recoger sus cosas para retirarse a sus casas. Mujeres lloraban abrazadas. Los hombres se daban palmaditas de consuelo en los hombros, los unos a los otros. El mejor amigo de Cruz estrellaba repetidamente su cabeza contra la pared. La vecina buenota se componía la falda y se arreglaba el cabello.
- ¡Telegrama para usted...!

Cruz no lo podí­a creer. Agarró el telegrama con sus manos temblorosas y con los ojos llenos de lágrimas. Irguió la cabeza y miro con valentía y tristeza a toda la multitud que aguardaba expectante.

Un silencio total se apodero del barrio... Respiro profundo y comenzó a abrir el telegrama. Sus manos temblaban y una lágrima se deslizo, cayendo sobre el pavimento. Miro de nuevo a todos los que hacia minutos lo
idolatraban; todo era consternación general. Logro sacar el telegrama del sobre, lo abrió y comenzó a leer. El pueblo aguardaba en silencio y se preguntaba: ¿Y ahora quien va a pagar toda esta cuenta?

Cruz comenzó a leer el telegrama. A medida que lo hacia, su rostro cambiaba de expresión y fue quedando muy, muy serio. Termino su lectura y se quedo abstraído, mirando hacia la nada. Levanto de nuevo el papel y volvió a leerlo. Al final dejo caer los brazos, levantó lentamente la cabeza, saco pecho y miro al pueblo que lo esperaba.

Entonces... una sonrisa comenzó a dibujarse lentamente en el rostro de Cruz!. En ese momento comenzó a saltar, a aullar de felicidad, brincando como un niño, abrazándose con los que estaban a su lado en la mayor demostración de felicidad vista, mientras gritaba eufórico:

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- ¡¡¡¡¡Se murió mi Mamá.................. .!!!!! Raza , ............................. Nomás se murió mi amá !!!!!!¡¡¡¡¡¡....................NO HAY PEDOOOOOOO!!!!!!!!!!!!!!!!!!

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